Expediente 1502-D-99 - Cámara de Diputados de la Nación - República Argentina  
 

 

Proyecto de Resolución

La Cámara de Diputados de la Nación

Resuelve

Dirigirse al Poder Ejecutivo Nacional para que, a través de los organismos pertinentes, informe lo siguiente:

  1. Si se tiene conocimiento de convenios entre Aerolíneas Argentinas e IBERIA Líneas Aéreas de España, tendientes a la cesión de explotación de rutas pertenecientes a Aerolíneas Argentinas. En caso afirmativo, el organismo pertinente remitirá copias certificadas.
  2. Si la explotación de rutas por parte de otras empresas bajo el código de vuelos AR (Aerolíneas Argentinas) responde a eventuales convenios y si éstos fueron homologados o aprobados por autoridad competente bajo nuestra legislación, y si se tiene conocimiento de la frecuencia con que esto ocurre.
  3. Si está contemplado en la operación de venta de Aerolíneas Argentinas, la explotación, cesión, préstamo o venta de rutas de su propiedad, con aeronaves, personal o infraestructura de otras empresas del rubro, y si fuere así, qué impacto puede sufrir el patrimonio de la empresa argentina.
  4. Si la autoridad argentina correspondiente tomó conocimiento de los hechos suscitados en el frustrado vuelo AR 8151 del día 31 de Enero pasado, que debía cumplir la ruta entre el aeropuerto de Barajas, Madrid y el de Ezeiza, Buenos Aires, el que, realizado en una aeronave perteneciente a la empresa IBERIA Líneas Aéreas de España, puso en peligro la vida de muchos ciudadanos argentinos que se desplazaban en dicho vuelo. Si tomó intervención en dicho caso y si tiene conocimiento acerca del estado de los dispositivos mínimos de seguridad de las aeronaves operadas por la empresa IBERIA Líneas Aéreas de España.

Fundamentos

Señor Presidente:

El día 31 de Enero pasado, los pasajeros que intentaban realizar su vuelo desde Madrid a Buenos Aires, vivieron una situación de extremo peligro.

Aquellos que habiendo comprado sus billetes para cubrir dicho trayecto en Aerolíneas Argentinas en el vuelo AR 8151, probablemente para ser atendidos por personal argentino, en aeronaves de bandera argentina, con comida argentina y la modalidad característica de esa empresa; al momento de presentarse en el aeropuerto fueron conducidos a una aeronave con los colores de la aerolínea española y atendidos por personal español, no obstante presentar sus billetes de pasaje con los colores de la aerolínea argentina.

Una vez ubicado el avión Boeing 747 en la cabecera elegida de la pista, y en presumibles condiciones para efectuar el despegue, en el instante de dar potencia a sus cuatro motores, se escuchó una explosión que llamó la atención de todos los pasajeros, ya comenzado el carreteo y aumentando su aceleración se escuchó una segunda explosión, que aterró a los pasajeros de la parte trasera de la aeronave, los que al grito de "paren el avión" se retiraron de sus asientos y se desplazaron en estado de pánico hacia la parte delantera.

Seguidamente, y ya con la aeronave en actitud de despegue, y tras la imposibilidad de mantenerse en tierra, el comandante advirtió alguna irregularidad en el desarrollo de su vuelo y sólo se remitió por medio del personal de cabina a solicitar calma a los pasajeros.

Tras los pasajeros observar que el avión no se elevaba por más allá de dos mil pies, (todo esto por apreciación de los mismos, ya que no se informaba sobre el futuro del vuelo), el personal de cabina informaba a quien le solicitaba una explicación, que todo estaba bajo control, que se trataba de un problema hidráulico.

Luego de más de media hora de incertidumbre, y tras ver como los pasajeros de la parte trasera del avión eran evacuados de allí y acomodados en la parte delantera, incluso algunos de ellos lastimados por lo que se presume fue una perforación en la parte inferior de la aeronave, presuntamente producida por los pedazos desprendidos de las ruedas que habían reventado durante el despegue; lo que seguidamente por comentarios entre ellos se sabía que el problema ese era el problema hidráulico indicado por los asistentes de la tripulación.

Tras una hora de vuelo, el comandante indica que por razones derivadas de un problema hidráulico, debían retornar al aeropuerto de origen, pero antes debían deshacerse del combustible que cargaban, por lo que este desdichado vuelo de retorno demoraría por lo menos media hora más.

Sorteada esta dificultad, el avión retornó a Barajas, recibido por un espectacular comité de seguridad.

Con buen tino por parte de IBERIA, los pasajeros fueron alojados en Madrid por esa noche a cargo de la empresa aérea, siendo llevados a su destino al día siguiente. Asimismo, a modo de indemnización, mediante una carta firmada por el señor Angel Mullor, y tras pedir las disculpas correspondientes se les notifica a los pasajeros de este vuelo, que serán resarcidos con un documento de crédito llamado M.C.O. por la suma de 250 dólares estadounidenses, el que será tramitado cuando los pasajeros lo dispongan.

La empresa española cumplió con la asunción de su culpa por este accidente, pero entendemos que la seguridad en vuelo merece más atención en lo que hace a dispositivos de prevención. En este orden de cosas: ¿Es posible que el comandante del avión de IBERIA no advirtiera que al inicio del carreteo de despegue, había pedido una rueda y que al cabo de algunos segundos, perdió otra?

Pudo haberse evitado esta cuasi catástrofe si existiera en esa aeronave un sistema de alerta sobre el tren de aterrizaje, y si éste existe: ¿Puede ser que no haya funcionado, o que el comandante no hubiera advertido su alarma?

Mas allá de la efectividad de los dispositivos de seguridad de la empresa IBERIA, ¿cómo es posible que un pasajero que quiere ser atendido por gente que habla como él, que quiere recibir atención de acuerdo a sus costumbres, que desea degustar comidas y bebidas acorde a sus gustos, que quiere viajar en una aeronave de su bandera y otras varias razones que hacen a la libre elección de cada particular; no pueda gozar de esas libertades por una cuestión derivada de aspectos societarios y empresariales que lejos están de interesarle al cliente usuario de cada empresa aérea?.

Como aspecto más importante, quisiéramos destacar que la transferencia de los pasajeros que eligen viajar por Aerolíneas Argentinas, compran el pasaje en sus oficinas y lo emiten en billetes con los colores de esta empresa, y que al momento de embarcar son conducidos por personal de otra línea y abordados en aeronaves con otros colores que los de la empresa de la línea elegida; implica una inactividad de Aerolíneas Argentinas.

Esta capacidad ociosa de la empresa puede, en un futuro, justificar la reducción de sus equipos de vuelo, de su personal y conservar sólo las funciones de una agencia de pasajes.

Asimismo, esta cesión de servicios de una empresa a otra, va indefectiblemente en detrimento de los beneficios de una de ellas, y en este caso la perjudicada es Aerolíneas Argentinas. Sabiendo de las dificultades de la empresa española para operar en forma adecuada los servicios de la empresa argentina, lo que mereció el auxilio de la norteamericana American Airlines, entendemos que este tipo de transferencia de pasajeros perjudica patrimonialmente a Aerolíneas Argentinas y por ende a nuestro país.

Dado que la privatización de Aerolíneas Argentinas pretendió en un principio mejorar la capacidad de los servicios aéreos de nuestro país manteniendo en pie esta empresa que, ya no podía sostener sus servicios por mucho tiempo, y teniendo en cuenta que para su enajenación hubo convenios con la sociedad adquirente; es de nuestro interés solicitar la información mencionada en el presente Proyecto con el fín de evaluar la situación observada.

 

Guillermo Francos
Diputado de la Nación

 Asesor: Gustavo P. Forgione

 
     
 


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