Hom. Cámara de Diputados de la Nación

INTERVENCIÓN DEL DIPUTADO JORGE BALDRICH

DEBATE EN RELACIÓN AL

PROYECTO DE LEY DE REFORMA LABORAL

Sesión del 24 de Febrero de 2000

 

Sr. De BALDRICH.-Señor presidente: en un período muy corto de nuestra historia reciente –que no se extiende más allá de diez años-, nuestro país ha enfrentado dos graves acontecimientos, que se vinculan mucho con el proyecto de ley que está en discusión.

Por un lado, me refiero a la finalización de la emisión hiperinflacionaria, y, por el otro, a la enorme tendencia a la urbanización de la economía, la internacionalización de las transacciones y, básicamente, la globalización financiera.

Ante estos dos desafíos, han caído enormes estructuras, que durante décadas habían mantenido relativamente en pie un cierto crecimiento del aparato productivo. Al desaparecer las fuentes tradicionales de financiamiento del sector productivo y al producirse un proceso de apertura económica en forma sumamente rápida -no más de un año, cuando la economía internacional y otros países hermanos de Latinoamérica lo hicieron durante 10, 20 o 30 años-, se generó una enorme necesidad de reestructuración y de cambios a lo largo y a lo ancho del espectro social del país.

Ante estos desafíos, observamos que la Pymes tratan de sobrevivir en un ambiente sumamente hostil, donde se presentan problemas de costos de financiamiento, de marketing y de inserción en la economía mundial.

La población y el sector trabajador –ni qué hablar de los profesionales y la mano de obra calificada- tratan por todos los medios posibles -en términos de entrenamiento y reactualización de sus capacidades productivas- de enfrentar las nuevas reglas de juego y ser capaces de estar a la altura de las condiciones que marcan las decisiones que mencioné.

Los gobiernos provinciales también están teniendo enormes dificultades para acceder al crédito, adaptar las relaciones laborales y, sobre todo, lograr eficacia en la prestación de los servicios públicos.

Ante este enorme cambio que se está produciendo es imprescindible que la legislación del trabajo también se adecue a las nuevas normas de juego. En ese sentido, observamos como un paso importante el proyecto de ley que presentó el Poder Ejecutivo y el dictamen que la Comisión de Legislación del Trabajo aprobó recientemente, el cual es objeto de tratamiento en esta sesión.

Básicamente, es un paso inicial que ineludiblemente debe ser complementado por otros cambios que afecten al mercado laboral y a las posibilidades de reactivación.

Por un lado, el sector productivo no puede presentar la injusticia que significa la brecha enorme que existe entre el salario de bolsillo del trabajador y el llamado costo salarial. Ello debe tender a desaparecer. Pese a algunos argumentos que algunos colegas han expresado, ello impone un efecto claro y adverso con respecto a las posibilidades de generar empleo, sobre todo si el país comienza a crecer.

En segundo lugar, es imprescindible una reforma estructural del sistema de obras sociales, a fin de que los trabajadores vean en sus aportes una posibilidad de recibir prestaciones de salud acordes con un sistema eficiente, que tienda a proveer esos servicios. En muchos casos aparecen situaciones de clientes cautivos ante instituciones que no son capaces ni tienen incentivos suficientes para adaptarse a las necesidades genuinas de los trabajadores.

También en materia de seguro de desempleo es necesario avanzar en un cambio estructural. No es posible que el sector trabajador mantenga la incertidumbre en cuanto a cuál será el beneficio efectivo y cuánto representará eso en términos de ingresos. Además, no puede ser que las empresas actúen bajo una enorme duda con respecto a los costos eventuales que pueden tener en caso de un despido.

Por último, es necesario realizar cambios en la legislación de riesgos del trabajo. Hay una enorme cantidad de modificaciones que la legislación laboral está requiriendo, y frente a esta necesidad aparecemos discutiendo con distintos tipos de argumentos. Por eso quiero centrar mi atención en que muchas veces es importante ver estos cambios, que no sólo se discuten en nuestro país, sino también en otros.

Si bien es cierto que el ajuste estructural, las privatizaciones y lo ocurrido con algunas entidades financieras nos afectan, también es cierto que la globalización y la internacionalización están generando nuevos desafíos para nosotros y para toda la economía mundial.

Si comparamos la actitud asumida en nuestro país cuando discutimos algunos temas, con la que se adopta en otros países básicamente desarrollados, advertiremos que ellos son mucho más progresistas, por lo menos en la información que emana básicamente de Europa y algunos países de América. Para esto quiero citar como ejemplo un informe periodístico del diario “La Nación”, del día 13 de febrero último, que dice lo siguiente: "Más que políticas de pleno empleo, la izquierda debe definirse a favor del empleo satisfactorio que puede conducir a un creciente empleo con más trabajos temporales, de duración limitada y movilidad mayor, lo cual, para regresar a la base misma del proyecto implica contar con sistemas de educación y de entrenamiento continuo."

Quien firma esto no es ciertamente un organismo multilateral, sino el prestigioso escritor mexicano Carlos Fuentes, cuya actitud hacia la no precarización del trabajo nadie puede discutir.

Este es el tipo de discusiones que existen en Europa, que difieren de la interpretación que hiciera mi distinguido colega, el señor diputado Atanasof.

Cuando existe tanta divergencia entre los problemas a enfrentar y los argumentos que se esgrimen en términos de impedir avances en la legislación laboral, uno tiende a pensar que puede haber algún otro elemento subyacente en las opiniones. Concretamente, la existencia de una estructura burocrática sustentada bajo el funcionamiento genuino pero muchas veces mal usado de las obras sociales puede estar implicando algo de todo esto. Es indudable que nos debemos un debate sobre el particular en esta Cámara, en un futuro no muy lejano.

En conclusión, este es un tema de enorme trascendencia global para la Argentina que no puede limitarse a expresiones corporativas, que por más que sean genuinas y totalmente representativas no hacen a la totalidad del país. En este sentido, el debate en esta Cámara ha estado relativamente sesgado.

La legislación presentada por la comisión es un paso inicial importante para debatir tres o cuatro modificaciones sustanciales a la operatividad de los sectores productivos.

Por un lado, tenemos el período de prueba, al que me referiré brevemente porque ya varios señores legisladores se han manifestado en su favor, pero yo quiero hacerlo a favor de los trabajadores. En un país en recesión, para las empresas que se animen a generar un nuevo proyecto de emprendimiento, puede ser sumamente importante un período de prueba amplio. En ese sentido lo que habrá, en definitiva, será la posibilidad de que los empresarios puedan tener, en un contexto nuevo, con un costo ajustado de despido, y con una política económica que todos esperamos, un incentivo mayor para mejorar las posibilidades de trabajo, de emprendimientos productivos y de negociación colectiva, que es también un paso imprescindible para que quienes decidan sobre los convenios que habrán de regir sean efectivamente los actores involucrados en el proceso productivo, y defiendan sus intereses y no los de otros sectores.

El cambio en los términos de la ultraactividad es necesario para adecuar las normas laborales a las distintas coyunturas por las que atraviesan los diferentes mercados regionales y sectoriales.

Por todo ello, nuestro bloque va a votar favorablemente en general el dictamen de mayoría de la Comisión de Legislación del Trabajo, sin perjuicio de plantear algunas cuestiones puntuales respecto de ciertos artículos que fueron agregados ayer durante el acuerdo al que se arribó en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno. Concretamente, entendemos que con la inclusión de esos tres artículos se está desandando la senda por la que veníamos transitando y que condujo al dictamen de mayoría. Con esto adelanto la postura de nuestro bloque durante la discusión en particular.

 
 

 

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